
Remontada lusa en territorio alemán
A veces, el fútbol ofrece esos partidos que quedan grabados en la memoria colectiva por lo inesperado y emocionante. En el Allianz Arena de Múnich, Portugal dejó una huella indeleble tras derrotar a Alemania 2-1 y conseguir el ansiado pase a la final de la UEFA Nations League. Todo parecía de cara para los anfitriones después de una primera parte dominada y un gol tempranero en el complemento, pero los portugueses demostraron que nunca se rinden, especialmente cuando Cristiano Ronaldo está en el césped.
El partido arrancó con gran intensidad. Alemania supo imponer su ritmo y generó varias ocasiones de peligro en los primeros 45 minutos. Diogo Costa, el joven portero luso, se erigió en figura al frenar disparos claros de Goretzka y Nick Woltemade, evitando que los teutones se fueran con ventaja al descanso. Mientras tanto, Portugal se defendía con orden y esperaba el momento justo para imprimir velocidad al contragolpe.
La calma alemana se quebró en el segundo tiempo. Apenas corría el minuto 48 cuando Florian Wirtz aprovechó un centro milimétrico de Joshua Kimmich y, de cabeza, puso a vibrar a la grada local. El tanto reforzaba la sensación de dominio germano, pero el fútbol no conoce de certezas absolutas.
El efecto Conceição y el imán Ronaldo
Cuando parecía que Alemania tenía el encuentro controlado, apareció Francisco Conceição para cambiar el guión. El extremo, con apenas 21 años y siguiendo los pasos de su padre Sérgio (héroe luso en la Euro 2000), desbordó por la derecha y, con gran sangre fría, sacó un disparo curvado imposible para ter Stegen. Era el minuto 63 y la esperanza portuguesa tomó fuerza.
El golpe anímico fue brutal para los locales, y Portugal no aflojó. Solo cinco minutos después, Nuno Mendes realizó una internada brillante por banda izquierda y sirvió un pase raso que Cristiano Ronaldo, siempre atento, mandó a la red a escasos metros de la portería. Ese gol fue el número 137 del capitán en su carrera internacional, y dejó claro por qué Cristiano Ronaldo es leyenda viva del fútbol. La remontada estaba servida, y Alemania se sumió en el desconcierto.
Pese a los intentos alemanes por empatar, con Wirtz y Havertz buscando huecos y Kimmich lanzando balones al área, Diogo Costa mantuvo el orden con intervenciones seguras. Incluso cuando el reloj se agotaba, el portero luso aguantó el tipo ante una doble llegada de los germanos, frustrando a la afición local.
El partido también tuvo momentos insólitos, como el pitch invader que saltó al campo antes del pitido inicial y se acercó a Ronaldo para pedirle una selfie, añadiendo un toque surrealista a la noche. Todo esto enmarcó un triunfo histórico: Portugal no le ganaba a Alemania desde el 2000, precisamente cuando el padre del actual héroe luso, Sérgio Conceição, firmó su recordado hat-trick.
Con esta victoria, Portugal deja atrás fantasmas y se ilusiona con un nuevo título continental. El 7 de junio de 2025 en el mismo Múnich, enfrentará a quien salga vencedor del cruce entre España y Francia. La cita promete, porque el fútbol europeo está más abierto que nunca y ya nadie duda de la garra de la selección lusa.
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