Mudryk da positivo por meldonium: el extremo del Chelsea se arriesga a cuatro años de sanción

Un control antidopaje realizado a finales de octubre de 2024 detectó meldonium en el organismo del extremo del Chelsea Mykhailo Mudryk. La “A” dio positiva y la “B” confirmó el hallazgo. La Federación Inglesa (FA) le ha imputado por infracciones a sus normas antidopaje y el futbolista, de 24 años, está suspendido de forma provisional desde diciembre. Si un panel independiente confirma la falta, la sanción puede llegar a cuatro años.

El jugador ucraniano dice que no tomó nada prohibido de forma consciente. En un mensaje en redes, aseguró que el resultado le dejó “en shock” y que trabaja con su equipo para averiguar cómo acabó esa sustancia en su muestra. Gente de su entorno apunta a una posible contaminación: señalan que no cambió la dieta respecto a agosto, cuando superó un control de UK Anti-Doping (UKAD) sin problemas. Mientras tanto, el FA recuerda que el caso está en curso y no hará más comentarios.

Qué se sabe del positivo y qué es el meldonium

La cronología es tensa. El control se llevó a cabo a finales de octubre. A inicios de diciembre llegó la suspensión provisional. En esos días, Enzo Maresca, técnico del Chelsea, habló de “enfermedad” para explicar la ausencia del jugador en las últimas convocatorias antes del anuncio oficial. Fuentes consultadas por este medio señalan que la sustancia pudo haber entrado en su organismo cuando Mudryk estuvo fuera del Reino Unido con la selección de Ucrania, en la ventana internacional de noviembre (compromisos en Albania y Georgia). Esa hipótesis no cambia lo principal: el positivo pertenece a una muestra recogida en Inglaterra y bajo las reglas del FA/UKAD.

La imputación del FA cita las Regulaciones 3 y 4 de su Código Antidopaje: presencia y/o uso de una sustancia prohibida. No es un tecnicismo menor. La simple presencia ya constituye una infracción, salvo que el deportista demuestre que no hubo culpa o negligencia significativas. Ahí está el corazón de la defensa de Mudryk: intentar probar contaminación o consumo inadvertido.

¿Qué es el meldonium? Es un fármaco desarrollado en Letonia y prescrito en Europa del Este para problemas cardíacos y de circulación. Aumenta el flujo sanguíneo y modifica el metabolismo del músculo, lo que puede mejorar la resistencia, la recuperación y la tolerancia al esfuerzo. La Agencia Mundial Antidopaje (AMA) lo incluyó en la lista de sustancias prohibidas en 2016. Ese mismo año, varias figuras de élite dieron positivo; el caso más famoso fue el de Maria Sharapova, que acabó con 15 meses de sanción tras la revisión del Tribunal de Arbitraje Deportivo.

En 2016 hubo confusión inicial por los tiempos de eliminación del fármaco y la AMA fijó umbrales transitorios. Ocho años después, el panorama es claro: el meldonium sigue prohibido y su detección activa el procedimiento disciplinario estándar. En ese marco se mueve el expediente de Mudryk.

El jugador, que llegó a Stamford Bridge en enero de 2023, no ha vuelto a jugar desde noviembre. En Londres evitan quemar etapas. El Chelsea ha declinado comentar el fondo del asunto y remite a la FA. El club, eso sí, ha ajustado su planificación deportiva: Maresca reconoce que el equipo ha competido casi toda la temporada sin contar con el ucraniano y que han tirado de alternativas de la academia, como Tyrique George, mientras rastrean el mercado de extremos. En Alemania, el Borussia Dortmund ha rechazado ofertas por el joven Jamie Bynoe-Gittens, uno de los perfiles seguidos por los ‘blues’.

Qué viene ahora: el proceso, las posibles sanciones y el impacto en el Chelsea

Qué viene ahora: el proceso, las posibles sanciones y el impacto en el Chelsea

El siguiente paso es formal: la defensa debe presentar sus alegaciones dentro del plazo que marque la FA. Después, el caso llega a un panel independiente que escucha a las partes, revisa peritajes y decide. Si hay condena, la sanción suele contarse desde la fecha de la suspensión provisional, aunque el panel puede fijar otro punto de partida según las circunstancias.

¿De cuánto hablamos? Bajo el Código Mundial Antidopaje, la presencia de una sustancia no especificada como el meldonium conlleva hasta cuatro años si se acredita intención. Si el futbolista demuestra que no hubo intención, el marco baja a dos años. Y si además prueba contaminación y “falta no significativa”, puede haber rebajas adicionales. No es sencillo: el peso de la prueba recae en el deportista, que debe trazar el origen exacto y convencer al panel con evidencia sólida (suplementos, análisis de laboratorio, cadena de custodia, historiales médicos).

Una cuestión clave: una sanción antidopaje no se limita al fútbol. Se reconoce en todas las federaciones que cumplen el Código de la AMA. Por eso, las versiones que sitúan a Mudryk valorando un giro hacia el atletismo con la vista en Los Ángeles 2028 chocan con la realidad jurídica. Si la suspensión se confirma, no podría competir en pruebas oficiales de atletismo hasta que la sanción termine. Esa puerta solo se abriría si su caso concluye con absolución o con una sanción que expire antes de los Juegos.

En lo deportivo, el golpe para el Chelsea es doble: pierde a un extremo con capacidad para estirar al equipo y, al mismo tiempo, debe cuidar el equilibrio financiero en plena era de Fair Play Financiero reforzado. Mudryk firmó un contrato muy largo cuando llegó a Londres, un movimiento pensado para repartir el coste del fichaje en varios años. Una sanción prolongada complica su revalorización y obliga al club a decidir si sostiene la apuesta a futuro o acelera la sustitución en el mercado. En cualquier caso, movimientos agresivos en enero o verano requieren cuadrar cuentas, porque los ingresos por ventas y los salarios pesan en el balance.

En el vestuario, el vacío lo han cubierto con soluciones de pizarra: extremos a pierna cambiada, laterales altos y minutos para canteranos. Maresca lo resumió con pragmatismo: el plan deportivo no gira ya en torno a Mudryk. Dicho de otra forma, el Chelsea intenta blindarse ante el peor escenario: que el ucraniano no vuelva pronto.

La defensa, por su parte, explorará todos los ángulos. Los argumentos más habituales en casos de este tipo son tres: contaminación cruzada (suplementos o alimentos adulterados), prescripción médica en contextos donde el fármaco es legal (y un error al no declarar la medicación) o fallos en el procedimiento de recogida y custodia de la muestra. Cada uno exige documentación, testigos y, a menudo, análisis independientes. No basta con la sospecha; hacen falta datos: lotes de productos, informes toxicológicos, trazabilidad.

Si el panel absolve, el futbolista recupera la elegibilidad de inmediato. Si hay sanción, la duración marcará toda su hoja de ruta. Cuatro años son una eternidad en una carrera corta. Dos años ya suponen perder un pico de desarrollo. Por eso, en Londres y en Kiev miran el calendario a partes iguales: el tiempo de despacho vale casi tanto como el tiempo de entrenamiento.

Mientras no haya resolución, la consigna es discreción. La FA repite que no comentará un caso abierto. El Chelsea se alinea con ese silencio. Y Mudryk, que mantiene su inocencia en público, se juega mucho más que partidos: su credibilidad profesional y el margen de maniobra que le queda en la élite.